Pasamos, cambiando de patria más a menudo que de zapatos,
a través de la guerra de clases, perplejos
cuando sólo había y no gritería.
Y, sin embargo, sabemos:
el odio hasta contra la degradación,
deforma las facciones.
La ira, hasta contra la injusticia,
enronquece la voz. Oh, nosotros
que queríamos preparar el terreno para la amistad,
no podríamos mostrarnos amistosos.
Pero vosotros, cuando las cosas hayan llegado tan lejos
que el hombre le ayuda al hombre,
tenedlo en cuenta cuando penséis en nosotros.
B. Brecht (Fragmento de “A nuestros sucesores”)
lo largo del siglo XX, aparecen grandes dramaturgos que revolucionan, cada uno con características diferentes, la literatura dramática y las artes escénicas. La historia del teatro tiene referentes ineludibles como los trágicos griegos, William Shakespeare, Racine, nuestro Siglo de Oro, etc., pero hombres como Ibsen, Strinberg, Luigi Pirandello, Ramón del Valle-Inclán, E. Piscator y Bertold Brecht marcan caminos diferentes en un momento de la historia que vive dos guerras mundiales, la revolución rusa, el ascenso y caida del fascismo y el nazismo, la guerra fría y el derrumbe de la URSS. Nunca la humanidad había vivido acontecimientos tan trágicos y esperanzadores.
Entre los dramaturgos citados destaca Bertolt Brecht por su teoría y práctica teatral enraizada en la tradición superándola dialécticamente y que marca un antes y un después en la historia del teatro. Su vida fue un constante compromiso con la realidad desde los inicios de su carrera artística hasta su muerte. Nació en el año 1898 en Ausburgo y murió en 1956. En este espacio de tiempo, conoció el horror de la guerra, la revolución espartaquista, el triunfo de Hitler y el exilio. Había vivido en su juventud una vida bohemia junto a los artistas expresionistas ahogados en el nihilismo y en la desesperación autojustificativa, pero pronto advierte que las actitudes individualistas conducen a la destrucción. Fue el momento de buscar un camino y entonces encontró el marxismo. A partir de este momento, surge su obra fundamentada exclusivamente en la dialéctica. Su obra, tanto teórica como práctica, es una apuesta constante por transformar el mundo. En 1934, escribe “Cinco dificultades para decir la verdad.” donde leemos: ”En esta época de las complicaciones y de las grandes transformaciones, es necesario que todos los que escriben tengan conocimiento del materialismo dialéctico, de la economía y de la historia. Este conocimiento, si se tiene la suficiente aplicación, puede adquirirse en los libros y por medio de la práctica.” Su teatro, pues, en principio, está al servicio de la búsqueda de la verdad y de un cambio de la actitud del espectador en una superación constante que va desde su primera obra “Baal” hasta “La vida de Galileo”. El teatro político de E. Piscator será el punto de partida de su concepción y teorización del teatro épico que considera el estilo teatral de su tiempo y cuya característica esencial debe ser dirigirse menos a la efectividad del espectador que a su razón de espectador. Éste no debe vivir lo que viven los personajes, sino debe ponerlos en cuestión. No se trata de anular los sentimientos porque entonces sería decir que el sufrimiento es extraño a la ciencia. El espectador, pues, debe estar en condiciones de entregarse y no entregarse. Así, su emoción nacerá del conocimiento y del activo sentimiento. Estas ideas, entre otros objetivos, perseguían romper la idea de identificación aristotélica para conducirlo a la acción y, al propio tiempo, eran las bases de la creación de un teatro político que rompía con los postulados del teatro burgués, pero no con la tradición de forma radical: “Nada sale de nada; lo nuevo viene de lo viejo y por ello es nuevo” afirmó en “Arte popular y arte realista.”
Por esto, muchas de sus obras son reelaboraciones de otros autores adaptándolas al presente o, como W. Shakespeare, basándose en un hecho o figura histórica lo recrea en función de su concepción del teatro histórico. También aquí, como nos explica R. Barthes, aun teniendo la misma idea de la Historia como Marx y Engels, su concepción del teatro histórico es diferente. En éste, la Historia debe ser enteramente inteligible y explicar las relaciones sociales con la misma verdad y realismo profundo que una obra de Balzac, es decir, el fundamento de lo real en el arte dramático debe articularse en la presencia y en la distancia.
Desde este nuevo realismo que, como apunta Francisco Posada en “Lukacs, Brecht y la situación actual del realismo socialista” propone al espectador/lector una tarea y una decisión, creemos que podemos realizar una lectura de “La vida de Galileo” basada en la del científico italiano del siglo XVI que se considera el padre de la Ciencia moderna en el sentido de que sus descubrimientos están basados en la experimentación. Ha pasado a la historia, fundamentalmente, por su negación del sistema aristotélico y ptolomeico que afirmaban que la Tierra era el centro del Universo, descubrimiento del que tuvo que retractarse ante las amenazas de la Iglesia. Como analizaremos en la siguiente entrega, en esta obra considerada como el testamento de su autor, convergen muchos de los problemas y temas que Bertolt Brecht había explicado y creado a lo largo de estudios sobre teatro, política y obra dramática.
El tiempo de Brecht fue tan conflictivo como trágico como para que un hombre de teatro, un artista, que cree en la razón, permaneciese al margen. De ahí una teoría y práctica teatral enraizada en materialismo dialéctico. Tres son las etapas que podemos observar en larga y productiva obra literaria y política. La primera que transcurre entre Munich y Berlín (1916-1933), la segunda abarca su exilio en varios países europeos y Estados Unidos (1933-1949) y, la última, en la RDE, concretamente en Berlín, donde dirige junto a su esposa Helene Wigel el Berliner Ensemble 1949-1956.)Durante todo este tiempo, escribe su obra dramática que ese desarrolla junto a la urgencia de la historia para culminar en un proceso de maduración en que se concreta en las siguientes obras: “Madre Coraje, “El proceso Lúculo, “La buena persona de Sezuan” y “La vida de Galileo” que es considerada como su testamento político.
Fiel a sus planteamientos ideológicos y artísticos, la primera edición, de “La vida de Galileo” data de 1937-1939, pero que la inició durante sus primeros años de exilio en Dinamarca cuando los discípulos de Niels Bohr estudiaban la desintegración de átomo. . La versión siguiente, en versión inglesa (1945-47), fue estrenada en Lo Ángeles traducida por el propio Brecht y Charles Laughton y dirigida por Joseph Losey, y la definitiva fue la que B. Brecht revisaba en 1956 cuando le sobrevino la muerte. Fue estrenada al año siguiente por el Berliner Ensemble (Berlín Este.) Como podemos observar, su proceso creativo se desarrolla en lo que el propio Brecht denominaba tiempos sombríos: triunfo de nazismo en Alemania, exilios y guerra fría. Nos encontramos, pues, con el leit motiv de las obras precedentes de Brecht: el compromiso de hombre con la Historia y su indefensión frente a la barbarie. Para ello mira hacia el pasado para recoger de él una figura, Galileo, el padre de la ciencia moderna, que para salvar su vida en la Italia del Renacimiento, tuvo que abjurar, ante el Tribunal de la Inquisición, de sus propias teoría para evitar ser ajusticiado en la hoguera como loa había sido Giordano Bruno. Pero Brecht sabe traspasar los límites del historicismo, para crear una obra dialéctica de principio a fin: personajes, fábula situaciones y estructura es un engranaje dinamizado por la distanciación como acto de comprehensión, la acumulación de actos incomprensible hasta alcanzar la comprehensión (salto de la cantidad a la calidad), lo particular en lo general, ruptura del desarrollo de la acción para evitar la identificación, las contradicciones de los personajes en sus circunstancias y consigo mismo y posibilidad de aplicación practica del saber.
De acuerdo con estos principios, B. Brecht construye la trayectoria vital, personal y pública de su protagonista. Este personaje rompe con el esquema de heroicidad construido por el Romanticismo como modelo de exaltación individual y patriótica. Sus errores, egoísmos, debilidades se mezclan para configurar un “antihéroe” que “esperpentizado” algunas veces, engrandecido otras, ofrecen un retrato de humanización cuyos comportamientos rompen con la moral establecida en aras de la búsqueda de la verdad y del progreso de la humanidad. Enumeremos algunos datos que ejemplifican lo dicho anteriormente.
El traslado de Padua a Florencia: Galileo ejerce de profesor en Padua, pero agobiado económicamente tiene que dedicare a dar clases particulares que le restan tiempo para dedicarse a sus investigaciones que realiza con absoluta libertad. Sin embargo, decida marcharse a Florencia donde
La defensa de la verdad: Galileo
Opiniones del actor español Javier Bardem

"Si las cosas marcharan como debieran en este mundo, habría que juzgar a Bush, Blair y Aznar por sus crímenes de guerra".
Quien pronuncia estas palabras, las ha meditado largamente. Podría habérselas ahorrado. "A fin de cuentas, soy solo un actor, pero también vivo y me duelen las cosas sucedan donde sucedan", acota con vehemencia.
Javier Bardem se ha convertido en uno de los actores más convincentes y cotizados de la hora actual española, con un anclaje internacional que muchos admiran y envidian. Ha querido estar en La Habana para acompañar el filme Invisibles, producido por él. Su reflexión sobre los responsables de la guerra contra Iraq y de tanta amenazante intromisión en los destinos de la humanidad nace de una analogía: su participación en el filme Los fantasmas de Goya, de Milos Forman. "El espíritu de aquella España oscura e inquisitorial -comenta Bardem- continúa revelándose en muchos aspectos de la realidad contemporánea".
La proyección de Invisibles en el 29 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano fue una fiesta para Bardem. "Ya me lo habían dicho varios amigos, en Cuba la gente aprecia el cine. Quería hacer una película que luego, desgraciadamente, no se pudo realizar: era sobre un médico en el terreno. Entonces llamé a la organización Médicos sin Fronteras y me fui un mes a Etiopía. A la semana ya estaba sobrepasado por algo que no me esperaba: una especie de misericordia mal entendida, esa del hombre blanco de primer mundo que va a ayudar a "los pobrecitos" y sale diciendo: "por favor, que alguien me ayude a mí", porque ves un nivel de dignidad, de entereza, de fuerza, de fe, y de humor y amor por la vida, que dices al final: "donde vivo eso ya está perdido". Pensé entonces en cómo podía retribuir esa entrega. Le comenté a los directores, Isabel Coixet, Javier Corchera, Mariano Barroso y Fernando León de Aranoa, y todos apenas tardaron un segundo responder afirmativamente. Faltaba un quinto director. Yo apenas conocía al alemán Win Wenders, pero este no puso reparos. Y así se hizo".
Los espectadores cubanos se sobrecogieron ante la sinceridad y la carga profundamente humana con que el filme aborda las penurias y esperanzas de quienes padecen el Mal de Chagas en Bolivia, sufren agresiones sexuales, son secuestrados para servir de carne de cañón o sucumben ante la Enfermedad del Sueño en tierras africanas, o son desplazados por la violencia endémica en intrincadas zonas colombianas.
Bardem lleva la carga de su apellido: "De niño quería ser pintor. Viviendo con mi madre, Pilar, que es una actriz que lleva mucho tiempo trabajando, he visto todo: los momentos altos, bajos, el tiempo de pasar hambre, el del desempleo, y eso me ha dado siempre una especie de membrana que me ha separado de la credibilidad de la actuación como profesión. Sé que hay que rescatar el trabajo duro que conlleva, pero estar muy atento, lo más alejado posible de lo que se dice de ti, lo más independiente que puedas de lo que significa la fama. Cuando empiezo un proyecto, lo único que mi madre me recuerda es: trabaja duro, por el apellido que llevas; pertenece a tus abuelos y a tu tío".
Justamente, la imagen del tío Juan Antonio (1922 - 2002, autor de las antológicas Muerte de un ciclista y Calle Mayor) termina por adueñarse de un momento de la conversación con este redactor. Le recuerdo a Javier mi encuentro con el gran cineasta español, donde me confesó su fe en los ideales comunistas y su inquebrantable solidaridad con la Revolución cubana.
La sonrisa desapareció del rostro de Javier y le brillaron los ojos: "Era un hombre consecuente con sus principios. Todavía resuenan en mí en sus cantos de su despedida las notas de La Internacional".
CANCIÓN DEL ESPOSO SOLDADO
He poblado tu vientre de amor y sementera,
he prolongado el eco de sangre a que respondo
y espero sobre el surco como el arado espera:
he llegado hasta el fondo.
Morena de altas torres, alta luz y ojos altos,
esposa de mi piel, gran trago de mi vida,
tus pechos locos crecen hacia mí dando saltos
de cierva concebida.
Ya me parece que eres un cristal delicado,
temo que te me rompas al más leve tropiezo,
y a reforzar tus venas con mi piel de soldado
fuera como el cerezo.
Espejo de mi carne, sustento de mis alas,
te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.
Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,
ansiado por el plomo.
Sobre los ataúdes feroces en acecho,
sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa
te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho
hasta en el polvo, esposa.
Cuando junto a los campos de combate te piensa
mi frente que no enfría ni aplaca tu figura,
te acercas hacia mí como una boca inmensa
de hambrienta dentadura.
Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera:
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,
y defiendo tu vientre de pobre que me espera,
y defiendo tu hijo.
Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado
envuelto en un clamor de victoria y guitarras,
y dejaré a tu puerta mi vida de soldado
sin colmillos ni garras.
Es preciso matar para seguir viviendo.
Un día iré a la sombra de tu pelo lejano,
y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo
cosida por tu mano.
Tus piernas implacables al parto van derechas,
y tu implacable boca de labios indomables,
y ante mi soledad de explosiones y brechas
recorres un camino de besos implacables.
Para el hijo será la paz que estoy forjando.
Y al fin en un océano de irremediables huesos
tu corazón y el mío naufragarán, quedando
una mujer y un hombre gastados por los besos.
he prolongado el eco de sangre a que respondo
y espero sobre el surco como el arado espera:
he llegado hasta el fondo.
Morena de altas torres, alta luz y ojos altos,
esposa de mi piel, gran trago de mi vida,
tus pechos locos crecen hacia mí dando saltos
de cierva concebida.
Ya me parece que eres un cristal delicado,
temo que te me rompas al más leve tropiezo,
y a reforzar tus venas con mi piel de soldado
fuera como el cerezo.
Espejo de mi carne, sustento de mis alas,
te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.
Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,
ansiado por el plomo.
Sobre los ataúdes feroces en acecho,
sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa
te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho
hasta en el polvo, esposa.
Cuando junto a los campos de combate te piensa
mi frente que no enfría ni aplaca tu figura,
te acercas hacia mí como una boca inmensa
de hambrienta dentadura.
Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera:
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,
y defiendo tu vientre de pobre que me espera,
y defiendo tu hijo.
Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado
envuelto en un clamor de victoria y guitarras,
y dejaré a tu puerta mi vida de soldado
sin colmillos ni garras.
Es preciso matar para seguir viviendo.
Un día iré a la sombra de tu pelo lejano,
y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo
cosida por tu mano.
Tus piernas implacables al parto van derechas,
y tu implacable boca de labios indomables,
y ante mi soledad de explosiones y brechas
recorres un camino de besos implacables.
Para el hijo será la paz que estoy forjando.
Y al fin en un océano de irremediables huesos
tu corazón y el mío naufragarán, quedando
una mujer y un hombre gastados por los besos.
Entrevista al escritor Tariq Ali

Los Estados Unidos lanzaron su primer asalto de la “guerra contra el terror” en Afganistán hace seis años. Hoy el país continúa siendo uno de los lugares más pobres de la Tierra, gobernado por una elite corrupta de señores de la guerra. Aquí, Tariq Ali, un veterano de la lucha anteguerra desde hace cuatro décadas, habla con Sherry Wolf, miembro del consejo Editorial de Internacional Socialist Review, sobre las desastrosas consecuencias de la guerra de Estados Unidos, y qué reserva el futuro.
Ahora se cumple el sexto aniversario de la guerra de Estados Unidos en Afganistán, la cual es vista por mucha gente como la “buena” batalla en la “guerra contra el terror”, a diferencia de la de Irak. ¿Es así?
He argumentado siempre que esta guerra era esencialmente una grosera venganza para devolver el golpe inmediatamente después de los ataques del 11-S — y poder mostrar a la población de Estados Unidos, por parte de los líderes políticos, que “nosotros estamos afanados en defenderos”. No tuvo ningún mayor propósito que representar una venganza, un ojo por ojo.
El segundo propósito de esta guerra, como Bush lo explicó en detalle, era capturar a Osama bin Laden “vivo o muerto”. Estas fueron sus palabras exactas, que no deberíamos olvidar. Aparte de esto no había otros propósitos de guerra.
No había duda de que ellos iban a conquistar el país. Por una parte, la Alianza del Norte no iba a resistir, ni tampoco los iraníes que eran muy fuertes en el Oeste de Afganistán. Los líderes iraníes eran hostiles a los talibanes por sus propias razones oportunistas, así que se subieron al carro imperial y dijeron: “Bien, no podemos deshacernos de estos tíos, pero si los estadounidenses lo hacen, esperaremos acontecimientos.”
Por otra, había el régimen militar paquistaní, sin el cual los talibanes no hubieran permanecido en el poder, y que había estado apoyando logística y militarmente, en todos los sentidos, a los talibanes.
Dado que los Estados Unidos iban a usar las bases militares del Pakistán, el régimen pidió evacuar durante algunas semanas su personal militar fuera de Afganistán antes de que los Estados Unidos lo invadieran. En estas dos decisivas semanas, por supuesto, Osama bin Laden y la dirección de al-Qaeda también abandonó Afganistán. No iban a estar esperando por allí.
Así que Estados Unidos invadió Kabul con la ayuda de la OTAN, pero esto no tuvo la menor dificultad porque no hubo la más leve resistencia. Entonces surgió la pregunta: ¿Qué iban a hacer con el país?
No podían atrapar a Osama, aunque hubo dos semanas de histeria mediática sobre “encontrar las cuevas de Tora Bora” y propaganda de este tipo. Lanzaron estas bombas y ¿qué ocurrió? Nada. Destruyeron las cuevas, pero la presa había escapado.
Así que ¿qué iban a hacer ahora? Es obvio que bin Laden abandonó el país y se fue a las zonas tribales entre Pakistán y Afganistán, donde las tradiciones de hospitalidad son muy fuertes, y no sería entregado.
Los Estados Unidos impusieron un régimen marioneta en Afganistán. Recordemos que Zalmay Khalilzad era entonces el consejero jefe de Bush en Afganistán y trajo a uno de sus compinches que trabajó para la compañía petrolera Unlocal, Hamid Karzai, para ser presidente de Afganistán. ¡Bingo: rápidamente tuvimos un país!
El problema pronto fue muy evidente para Occidente: estos planes no podían extenderse más allá de Kabul y Kandahar, las dos grandes ciudades en el Sur, y eso solamente durante el día. En todas partes, en el oeste del país, las fuerzas pro-iraníes lo tenían bajo control. Y en el norte, las antiguas repúblicas soviéticas, aún bajo la influencia de Moscú, estaban al mando.
Así que ¿qué iban a hacer con el país? La respuesta es: nada.
¿Tienen los Estados Unidos algún tipo de apoyo dentro de Afganistán?
No hay duda que bastantes afganos se alegraron con la caída de los talibanes — algunas personas pensaron, bien, al menos tenemos algo de paz y tranquilidad, y quizás algo de comida para tragar. Este fue también el punto de vista de algunos comentaristas liberales del Pakistán.
Algunos de nosotros discutimos con ellos, diciendo que los talibanes podían haber sido desalojados, pero ¿Qué ocurriría ahora? Les alertamos de que en lo que concierne a la infraestructura social, nada iba a cambiar para la mayoría de afganos.
Esto es lo que ha ocurrido exactamente en estos seis años. Lo que la gente ha subestimado es que las ocupaciones imperiales bajo el neoliberalismo reflejan las prioridades del nuevo orden capitalista, donde lo están privatizando todo en sus propios países. Así que lo que ocurrió fue que este dinero fue vertido ahí —y este dinero fue usado por Hamid Karzai y sus compinches para construir una elite en Afganistán.
En el corazón de Kabul, en las mejores tierras que pudieron apropiarse, la elite estuvo y está construyendo grandes mansiones protegidas por las tropas de la OTAN delante de toda la población de la ciudad y el campo.
Cuesta cerca de 5.000 o 6.000 dólares construir una casa barata para una familia de cinco o seis miembros, pero la elite no hizo esto. Gastó millones de dólares construyendo grandes mansiones. Sabe dios por qué lo han hecho ya que necesitan una guardia permanente de la OTAN para vivir en una de estas mansiones. Y serán sacados de ellas una vez que los ejércitos occidentales se retiren.
Esto produjo una gran crisis, y se apareó con los casos de inocentes asesinados por el gatillo fácil de las tropas de Estados Unidos.
Allá donde los Estados Unidos escuchan fuego de armas, lanzan bombas. Alguien debería haberles dicho que Afganistán es una sociedad tribal, una cultura donde la gente dispara armas para celebrar bodas, nacimientos… ellos corren y disparan armas de fuego al aire. Se podría pensar que los estadounidenses deberían ser más comprensivos con esto, dada la cultura armamentística de los Estados Unidos, pero de algún modo no lo apreciaron en Afganistán.
Así los Estados Unidos empezaron a bombardear a la gente. En una fiesta de boda los Estados Unidos llegaron y bombardearon el infierno. Víctimas: 90 o 100 asesinados, hombres, mujeres y niños. Y esto se multiplicó.
¿Cómo han sido los talibanes capaces de resurgir?
Los talibanes empezaron a reagruparse, rearmarse y luchar, y se anotaron algunos éxitos. Lo que también empezó a suceder simultáneamente es que hubo gente que era feliz de verlos regresar — ya que nadie más los estaba defendiendo.
Empezaron a tratar a los talibanes como una organización paraguas y a informarlos de lo que pasaba. Muchas gente que supuestamente trabajaba con las autoridades de ocupación de los Estados Unidos y la OTAN, informaban a los talibanes acerca del los movimientos de tropas. Las operaciones de la clásica guerra de guerrillas empezó, y los Estados Unidos respondieron con más bombardeos aéreos. Es un círculo vicioso en marcha.
Si se da un vistazo a los periódicos del último año y se hace un sondeo de todos los informes donde hubo 60 talibanes muertos, 80 talibanes muertos, 90 talibanes muertos, y se hace la cuenta, ya habrían acabado con los miles de supuestos miembros de las milicias talibanes (la teórica fuerza total se supone que está cerca de los 10.000).
En otras palabras, si se cree en estos informes, ya se habría eliminado tres cuartas partes de la organización talibán, lo que está lejos de la verdad. Pero como los Estados Unidos estás avergonzados de matar civiles, debe decirse esto.
Tienes una situación en el país donde el hermano de Hamid Karzai, Wali Ahmed Karzai, es muy conocido como el más importante traficante de armas y de heroína en la región. Y ha llegado a este punto porque su hermano gobierna el país.
Tienes a este tío que fue feliz dirigiendo un restaurante afgano en Baltimore y vendiendo comida cara a los estudiantes de la Johns Hopkins —y ahora es el segundo jefe en el país y haciendo una fortuna— un “matador”, por decirlo así.
Simbólicamente, todo esto ha representado un gran desastre. Así, muy lejos de se runa “guerra buena”, Afganistán está volviéndose una asquerosa, desagradable guerra, y no hay forma de que las fuerzas de Estados Unidos o de otras potencias occidentales vayan a ser capaces de permanecer aquí por mucho tiempo.
¿Qué esperan conseguir los poderes regionales como consecuencia de Afganistán?
El ejército pakistaní espera que Occidente se retire y algún tipo de gobierno de coalición será improvisado entre Karzai y lo que quede de los talibanes.
Esto vale la pena enfatizarlo. Respaldados por Occidente, el regimen de Karzai, ahora mismo, está negociando seriamente con los talibanes. Así, los talibanes que han sido demonizados como la peor fuerza que nunca ha existido en el mundo, están ahora, con el beneplácito de Occidente, negociando porque lo hacen con Karzai.
La primera respuesta de los talibanes a la oferta de Karzai era decir: “nunca negociaremos con vosotros hasta que las tropas extranjeras hayan abandonado el país”. A lo que Karzai respondía: “No es posible”. Y piensa que no es posible porque sin las tropas extranjeras no duraría ni 48 horas.
Pero en lo que al ejército pakistaní concierne, saben que no son capaces de lograr un acuerdo entre talibanes y Karzai mientras las tropas extranjeras permanezcan en la región. Los militares imaginan que una vez las tropas occidentales abandonen el país, pueden controlar el país de nuevo, a través de los talibanes y de Karzai.
Pero creo que esta posibilidad está ahora excluida porque la OTAN ha hecho un caos de la ocupación, y porque en estos últimos seis años, la autonomía regional ha emergido como el factor político principal. Afganistán fue siempre una confederación tribal, pero ahora tiene incluso un carácter más confederal.
Y los iraníes y los rusos no están dispuestos a permitir una toma del poder talibán en el país consentida por los Estados Unidos. Así que los líderes militares pakistaníes pueden aspirar a gobernar en una parte de Afganistán, pero no serán capaces de hacerlo en el conjunto del país.
He defendido en Pakistán y en distintos lugares la retirada total e inmediata de todas las tropas y, simultáneamente, la convocatoria de una conferencia de paz de los poderes regionales involucrados en Afganistán —lo que significa Pakistán, Irán, Rusia y la India, que es el mayor poder de todos— para erigir un gobierno nacional después de la retirada de las tropas occidentales que provea de un respiro a este país para descansar y convocar unas elecciones para una asamblea constituyente en dos o tres años.
Mientras tanto, estos poderes regionales garantizarán que no haya lucha ni guerra civil. La gente debería ser comprensiva con esta idea, porque Afganistán ha estado en guerra permanente virtualmente desde 1979. Lo que pasa en este país es horrible.
Es improbable que los estadounidenses o los pakistaníes estén de acuerdo con esto, en cuyo caso la situación irá de mal en peor, en mi opinión.
Para resumir la situación en Afganistán: es un desastre. Los Estados Unidos nunca pueden ganar la guerra, y la principal razón de ello es que a los afganos no les gusta padecer la ocupación. Los afganos echaron a los británicos en el siglo XIX, a los rusos en el XX, y ahora están luchando de nuevo contra los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN.
Tariq Ali (Lahore, 1943) es una de las personas más conocidas de la extrema izquierda británica. Es editor de la New Left Review y director de la Editorial Verso. Es miembro del Consejo Editorial de Sin Permiso.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)