La vida de Galileo de Bertolt Brecht

Pasamos, cambiando de patria más a menudo que de zapatos,

a través de la guerra de clases, perplejos

cuando sólo había y no gritería.

Y, sin embargo, sabemos:

el odio hasta contra la degradación,

deforma las facciones.

La ira, hasta contra la injusticia,

enronquece la voz. Oh, nosotros

que queríamos preparar el terreno para la amistad,

no podríamos mostrarnos amistosos.

Pero vosotros, cuando las cosas hayan llegado tan lejos

que el hombre le ayuda al hombre,

tenedlo en cuenta cuando penséis en nosotros.




B. Brecht (Fragmento de “A nuestros sucesores”)

lo largo del siglo XX, aparecen grandes dramaturgos que revolucionan, cada uno con características diferentes, la literatura dramática y las artes escénicas. La historia del teatro tiene referentes ineludibles como los trágicos griegos, William Shakespeare, Racine, nuestro Siglo de Oro, etc., pero hombres como Ibsen, Strinberg, Luigi Pirandello, Ramón del Valle-Inclán, E. Piscator y Bertold Brecht marcan caminos diferentes en un momento de la historia que vive dos guerras mundiales, la revolución rusa, el ascenso y caida del fascismo y el nazismo, la guerra fría y el derrumbe de la URSS. Nunca la humanidad había vivido acontecimientos tan trágicos y esperanzadores.

Entre los dramaturgos citados destaca Bertolt Brecht por su teoría y práctica teatral enraizada en la tradición superándola dialécticamente y que marca un antes y un después en la historia del teatro. Su vida fue un constante compromiso con la realidad desde los inicios de su carrera artística hasta su muerte. Nació en el año 1898 en Ausburgo y murió en 1956. En este espacio de tiempo, conoció el horror de la guerra, la revolución espartaquista, el triunfo de Hitler y el exilio. Había vivido en su juventud una vida bohemia junto a los artistas expresionistas ahogados en el nihilismo y en la desesperación autojustificativa, pero pronto advierte que las actitudes individualistas conducen a la destrucción. Fue el momento de buscar un camino y entonces encontró el marxismo. A partir de este momento, surge su obra fundamentada exclusivamente en la dialéctica. Su obra, tanto teórica como práctica, es una apuesta constante por transformar el mundo. En 1934, escribe “Cinco dificultades para decir la verdad.” donde leemos: ”En esta época de las complicaciones y de las grandes transformaciones, es necesario que todos los que escriben tengan conocimiento del materialismo dialéctico, de la economía y de la historia. Este conocimiento, si se tiene la suficiente aplicación, puede adquirirse en los libros y por medio de la práctica.” Su teatro, pues, en principio, está al servicio de la búsqueda de la verdad y de un cambio de la actitud del espectador en una superación constante que va desde su primera obra “Baal” hasta “La vida de Galileo”. El teatro político de E. Piscator será el punto de partida de su concepción y teorización del teatro épico que considera el estilo teatral de su tiempo y cuya característica esencial debe ser dirigirse menos a la efectividad del espectador que a su razón de espectador. Éste no debe vivir lo que viven los personajes, sino debe ponerlos en cuestión. No se trata de anular los sentimientos porque entonces sería decir que el sufrimiento es extraño a la ciencia. El espectador, pues, debe estar en condiciones de entregarse y no entregarse. Así, su emoción nacerá del conocimiento y del activo sentimiento. Estas ideas, entre otros objetivos, perseguían romper la idea de identificación aristotélica para conducirlo a la acción y, al propio tiempo, eran las bases de la creación de un teatro político que rompía con los postulados del teatro burgués, pero no con la tradición de forma radical: “Nada sale de nada; lo nuevo viene de lo viejo y por ello es nuevo” afirmó en “Arte popular y arte realista.”

Por esto, muchas de sus obras son reelaboraciones de otros autores adaptándolas al presente o, como W. Shakespeare, basándose en un hecho o figura histórica lo recrea en función de su concepción del teatro histórico. También aquí, como nos explica R. Barthes, aun teniendo la misma idea de la Historia como Marx y Engels, su concepción del teatro histórico es diferente. En éste, la Historia debe ser enteramente inteligible y explicar las relaciones sociales con la misma verdad y realismo profundo que una obra de Balzac, es decir, el fundamento de lo real en el arte dramático debe articularse en la presencia y en la distancia.

Desde este nuevo realismo que, como apunta Francisco Posada en “Lukacs, Brecht y la situación actual del realismo socialista” propone al espectador/lector una tarea y una decisión, creemos que podemos realizar una lectura de “La vida de Galileo” basada en la del científico italiano del siglo XVI que se considera el padre de la Ciencia moderna en el sentido de que sus descubrimientos están basados en la experimentación. Ha pasado a la historia, fundamentalmente, por su negación del sistema aristotélico y ptolomeico que afirmaban que la Tierra era el centro del Universo, descubrimiento del que tuvo que retractarse ante las amenazas de la Iglesia. Como analizaremos en la siguiente entrega, en esta obra considerada como el testamento de su autor, convergen muchos de los problemas y temas que Bertolt Brecht había explicado y creado a lo largo de estudios sobre teatro, política y obra dramática.




El tiempo de Brecht fue tan conflictivo como trágico como para que un hombre de teatro, un artista, que cree en la razón, permaneciese al margen. De ahí una teoría y práctica teatral enraizada en materialismo dialéctico. Tres son las etapas que podemos observar en larga y productiva obra literaria y política. La primera que transcurre entre Munich y Berlín (1916-1933), la segunda abarca su exilio en varios países europeos y Estados Unidos (1933-1949) y, la última, en la RDE, concretamente en Berlín, donde dirige junto a su esposa Helene Wigel el Berliner Ensemble 1949-1956.)Durante todo este tiempo, escribe su obra dramática que ese desarrolla junto a la urgencia de la historia para culminar en un proceso de maduración en que se concreta en las siguientes obras: “Madre Coraje, “El proceso Lúculo, “La buena persona de Sezuan” y “La vida de Galileo” que es considerada como su testamento político.

Fiel a sus planteamientos ideológicos y artísticos, la primera edición, de “La vida de Galileo” data de 1937-1939, pero que la inició durante sus primeros años de exilio en Dinamarca cuando los discípulos de Niels Bohr estudiaban la desintegración de átomo. . La versión siguiente, en versión inglesa (1945-47), fue estrenada en Lo Ángeles traducida por el propio Brecht y Charles Laughton y dirigida por Joseph Losey, y la definitiva fue la que B. Brecht revisaba en 1956 cuando le sobrevino la muerte. Fue estrenada al año siguiente por el Berliner Ensemble (Berlín Este.) Como podemos observar, su proceso creativo se desarrolla en lo que el propio Brecht denominaba tiempos sombríos: triunfo de nazismo en Alemania, exilios y guerra fría. Nos encontramos, pues, con el leit motiv de las obras precedentes de Brecht: el compromiso de hombre con la Historia y su indefensión frente a la barbarie. Para ello mira hacia el pasado para recoger de él una figura, Galileo, el padre de la ciencia moderna, que para salvar su vida en la Italia del Renacimiento, tuvo que abjurar, ante el Tribunal de la Inquisición, de sus propias teoría para evitar ser ajusticiado en la hoguera como loa había sido Giordano Bruno. Pero Brecht sabe traspasar los límites del historicismo, para crear una obra dialéctica de principio a fin: personajes, fábula situaciones y estructura es un engranaje dinamizado por la distanciación como acto de comprehensión, la acumulación de actos incomprensible hasta alcanzar la comprehensión (salto de la cantidad a la calidad), lo particular en lo general, ruptura del desarrollo de la acción para evitar la identificación, las contradicciones de los personajes en sus circunstancias y consigo mismo y posibilidad de aplicación practica del saber.

De acuerdo con estos principios, B. Brecht construye la trayectoria vital, personal y pública de su protagonista. Este personaje rompe con el esquema de heroicidad construido por el Romanticismo como modelo de exaltación individual y patriótica. Sus errores, egoísmos, debilidades se mezclan para configurar un “antihéroe” que “esperpentizado” algunas veces, engrandecido otras, ofrecen un retrato de humanización cuyos comportamientos rompen con la moral establecida en aras de la búsqueda de la verdad y del progreso de la humanidad. Enumeremos algunos datos que ejemplifican lo dicho anteriormente.

El traslado de Padua a Florencia: Galileo ejerce de profesor en Padua, pero agobiado económicamente tiene que dedicare a dar clases particulares que le restan tiempo para dedicarse a sus investigaciones que realiza con absoluta libertad. Sin embargo, decida marcharse a Florencia donde

La defensa de la verdad: Galileo

Opiniones del actor español Javier Bardem


"Si las cosas marcharan como debieran en este mundo, habría que juzgar a Bush, Blair y Aznar por sus crímenes de guerra".

Quien pronuncia estas palabras, las ha meditado largamente. Podría habérselas ahorrado. "A fin de cuentas, soy solo un actor, pero también vivo y me duelen las cosas sucedan donde sucedan", acota con vehemencia.

Javier Bardem se ha convertido en uno de los actores más convincentes y cotizados de la hora actual española, con un anclaje internacional que muchos admiran y envidian. Ha querido estar en La Habana para acompañar el filme Invisibles, producido por él. Su reflexión sobre los responsables de la guerra contra Iraq y de tanta amenazante intromisión en los destinos de la humanidad nace de una analogía: su participación en el filme Los fantasmas de Goya, de Milos Forman. "El espíritu de aquella España oscura e inquisitorial -comenta Bardem- continúa revelándose en muchos aspectos de la realidad contemporánea".

La proyección de Invisibles en el 29 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano fue una fiesta para Bardem. "Ya me lo habían dicho varios amigos, en Cuba la gente aprecia el cine. Quería hacer una película que luego, desgraciadamente, no se pudo realizar: era sobre un médico en el terreno. Entonces llamé a la organización Médicos sin Fronteras y me fui un mes a Etiopía. A la semana ya estaba sobrepasado por algo que no me esperaba: una especie de misericordia mal entendida, esa del hombre blanco de primer mundo que va a ayudar a "los pobrecitos" y sale diciendo: "por favor, que alguien me ayude a mí", porque ves un nivel de dignidad, de entereza, de fuerza, de fe, y de humor y amor por la vida, que dices al final: "donde vivo eso ya está perdido". Pensé entonces en cómo podía retribuir esa entrega. Le comenté a los directores, Isabel Coixet, Javier Corchera, Mariano Barroso y Fernando León de Aranoa, y todos apenas tardaron un segundo responder afirmativamente. Faltaba un quinto director. Yo apenas conocía al alemán Win Wenders, pero este no puso reparos. Y así se hizo".

Los espectadores cubanos se sobrecogieron ante la sinceridad y la carga profundamente humana con que el filme aborda las penurias y esperanzas de quienes padecen el Mal de Chagas en Bolivia, sufren agresiones sexuales, son secuestrados para servir de carne de cañón o sucumben ante la Enfermedad del Sueño en tierras africanas, o son desplazados por la violencia endémica en intrincadas zonas colombianas.

Bardem lleva la carga de su apellido: "De niño quería ser pintor. Viviendo con mi madre, Pilar, que es una actriz que lleva mucho tiempo trabajando, he visto todo: los momentos altos, bajos, el tiempo de pasar hambre, el del desempleo, y eso me ha dado siempre una especie de membrana que me ha separado de la credibilidad de la actuación como profesión. Sé que hay que rescatar el trabajo duro que conlleva, pero estar muy atento, lo más alejado posible de lo que se dice de ti, lo más independiente que puedas de lo que significa la fama. Cuando empiezo un proyecto, lo único que mi madre me recuerda es: trabaja duro, por el apellido que llevas; pertenece a tus abuelos y a tu tío".

Justamente, la imagen del tío Juan Antonio (1922 - 2002, autor de las antológicas Muerte de un ciclista y Calle Mayor) termina por adueñarse de un momento de la conversación con este redactor. Le recuerdo a Javier mi encuentro con el gran cineasta español, donde me confesó su fe en los ideales comunistas y su inquebrantable solidaridad con la Revolución cubana.

La sonrisa desapareció del rostro de Javier y le brillaron los ojos: "Era un hombre consecuente con sus principios. Todavía resuenan en mí en sus cantos de su despedida las notas de La Internacional".

CANCIÓN DEL ESPOSO SOLDADO

He poblado tu vientre de amor y sementera,
he prolongado el eco de sangre a que respondo
y espero sobre el surco como el arado espera:
he llegado hasta el fondo.

Morena de altas torres, alta luz y ojos altos,
esposa de mi piel, gran trago de mi vida,
tus pechos locos crecen hacia mí dando saltos
de cierva concebida.

Ya me parece que eres un cristal delicado,
temo que te me rompas al más leve tropiezo,
y a reforzar tus venas con mi piel de soldado
fuera como el cerezo.

Espejo de mi carne, sustento de mis alas,
te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.
Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,
ansiado por el plomo.

Sobre los ataúdes feroces en acecho,
sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa
te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho
hasta en el polvo, esposa.

Cuando junto a los campos de combate te piensa
mi frente que no enfría ni aplaca tu figura,
te acercas hacia mí como una boca inmensa
de hambrienta dentadura.

Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera:
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,
y defiendo tu vientre de pobre que me espera,
y defiendo tu hijo.

Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado
envuelto en un clamor de victoria y guitarras,
y dejaré a tu puerta mi vida de soldado
sin colmillos ni garras.

Es preciso matar para seguir viviendo.
Un día iré a la sombra de tu pelo lejano,
y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo
cosida por tu mano.

Tus piernas implacables al parto van derechas,
y tu implacable boca de labios indomables,
y ante mi soledad de explosiones y brechas
recorres un camino de besos implacables.

Para el hijo será la paz que estoy forjando.
Y al fin en un océano de irremediables huesos
tu corazón y el mío naufragarán, quedando
una mujer y un hombre gastados por los besos.

Entrevista al escritor Tariq Ali


Los Estados Unidos lanzaron su primer asalto de la “guerra contra el terror” en Afganistán hace seis años. Hoy el país continúa siendo uno de los lugares más pobres de la Tierra, gobernado por una elite corrupta de señores de la guerra. Aquí, Tariq Ali, un veterano de la lucha anteguerra desde hace cuatro décadas, habla con Sherry Wolf, miembro del consejo Editorial de Internacional Socialist Review, sobre las desastrosas consecuencias de la guerra de Estados Unidos, y qué reserva el futuro.

Ahora se cumple el sexto aniversario de la guerra de Estados Unidos en Afganistán, la cual es vista por mucha gente como la “buena” batalla en la “guerra contra el terror”, a diferencia de la de Irak. ¿Es así?

He argumentado siempre que esta guerra era esencialmente una grosera venganza para devolver el golpe inmediatamente después de los ataques del 11-S — y poder mostrar a la población de Estados Unidos, por parte de los líderes políticos, que “nosotros estamos afanados en defenderos”. No tuvo ningún mayor propósito que representar una venganza, un ojo por ojo.
El segundo propósito de esta guerra, como Bush lo explicó en detalle, era capturar a Osama bin Laden “vivo o muerto”. Estas fueron sus palabras exactas, que no deberíamos olvidar. Aparte de esto no había otros propósitos de guerra.
No había duda de que ellos iban a conquistar el país. Por una parte, la Alianza del Norte no iba a resistir, ni tampoco los iraníes que eran muy fuertes en el Oeste de Afganistán. Los líderes iraníes eran hostiles a los talibanes por sus propias razones oportunistas, así que se subieron al carro imperial y dijeron: “Bien, no podemos deshacernos de estos tíos, pero si los estadounidenses lo hacen, esperaremos acontecimientos.”
Por otra, había el régimen militar paquistaní, sin el cual los talibanes no hubieran permanecido en el poder, y que había estado apoyando logística y militarmente, en todos los sentidos, a los talibanes.
Dado que los Estados Unidos iban a usar las bases militares del Pakistán, el régimen pidió evacuar durante algunas semanas su personal militar fuera de Afganistán antes de que los Estados Unidos lo invadieran. En estas dos decisivas semanas, por supuesto, Osama bin Laden y la dirección de al-Qaeda también abandonó Afganistán. No iban a estar esperando por allí.
Así que Estados Unidos invadió Kabul con la ayuda de la OTAN, pero esto no tuvo la menor dificultad porque no hubo la más leve resistencia. Entonces surgió la pregunta: ¿Qué iban a hacer con el país?
No podían atrapar a Osama, aunque hubo dos semanas de histeria mediática sobre “encontrar las cuevas de Tora Bora” y propaganda de este tipo. Lanzaron estas bombas y ¿qué ocurrió? Nada. Destruyeron las cuevas, pero la presa había escapado.
Así que ¿qué iban a hacer ahora? Es obvio que bin Laden abandonó el país y se fue a las zonas tribales entre Pakistán y Afganistán, donde las tradiciones de hospitalidad son muy fuertes, y no sería entregado.
Los Estados Unidos impusieron un régimen marioneta en Afganistán. Recordemos que Zalmay Khalilzad era entonces el consejero jefe de Bush en Afganistán y trajo a uno de sus compinches que trabajó para la compañía petrolera Unlocal, Hamid Karzai, para ser presidente de Afganistán. ¡Bingo: rápidamente tuvimos un país!
El problema pronto fue muy evidente para Occidente: estos planes no podían extenderse más allá de Kabul y Kandahar, las dos grandes ciudades en el Sur, y eso solamente durante el día. En todas partes, en el oeste del país, las fuerzas pro-iraníes lo tenían bajo control. Y en el norte, las antiguas repúblicas soviéticas, aún bajo la influencia de Moscú, estaban al mando.
Así que ¿qué iban a hacer con el país? La respuesta es: nada.

¿Tienen los Estados Unidos algún tipo de apoyo dentro de Afganistán?
No hay duda que bastantes afganos se alegraron con la caída de los talibanes — algunas personas pensaron, bien, al menos tenemos algo de paz y tranquilidad, y quizás algo de comida para tragar. Este fue también el punto de vista de algunos comentaristas liberales del Pakistán.
Algunos de nosotros discutimos con ellos, diciendo que los talibanes podían haber sido desalojados, pero ¿Qué ocurriría ahora? Les alertamos de que en lo que concierne a la infraestructura social, nada iba a cambiar para la mayoría de afganos.
Esto es lo que ha ocurrido exactamente en estos seis años. Lo que la gente ha subestimado es que las ocupaciones imperiales bajo el neoliberalismo reflejan las prioridades del nuevo orden capitalista, donde lo están privatizando todo en sus propios países. Así que lo que ocurrió fue que este dinero fue vertido ahí —y este dinero fue usado por Hamid Karzai y sus compinches para construir una elite en Afganistán.
En el corazón de Kabul, en las mejores tierras que pudieron apropiarse, la elite estuvo y está construyendo grandes mansiones protegidas por las tropas de la OTAN delante de toda la población de la ciudad y el campo.
Cuesta cerca de 5.000 o 6.000 dólares construir una casa barata para una familia de cinco o seis miembros, pero la elite no hizo esto. Gastó millones de dólares construyendo grandes mansiones. Sabe dios por qué lo han hecho ya que necesitan una guardia permanente de la OTAN para vivir en una de estas mansiones. Y serán sacados de ellas una vez que los ejércitos occidentales se retiren.
Esto produjo una gran crisis, y se apareó con los casos de inocentes asesinados por el gatillo fácil de las tropas de Estados Unidos.
Allá donde los Estados Unidos escuchan fuego de armas, lanzan bombas. Alguien debería haberles dicho que Afganistán es una sociedad tribal, una cultura donde la gente dispara armas para celebrar bodas, nacimientos… ellos corren y disparan armas de fuego al aire. Se podría pensar que los estadounidenses deberían ser más comprensivos con esto, dada la cultura armamentística de los Estados Unidos, pero de algún modo no lo apreciaron en Afganistán.
Así los Estados Unidos empezaron a bombardear a la gente. En una fiesta de boda los Estados Unidos llegaron y bombardearon el infierno. Víctimas: 90 o 100 asesinados, hombres, mujeres y niños. Y esto se multiplicó.

¿Cómo han sido los talibanes capaces de resurgir?
Los talibanes empezaron a reagruparse, rearmarse y luchar, y se anotaron algunos éxitos. Lo que también empezó a suceder simultáneamente es que hubo gente que era feliz de verlos regresar — ya que nadie más los estaba defendiendo.
Empezaron a tratar a los talibanes como una organización paraguas y a informarlos de lo que pasaba. Muchas gente que supuestamente trabajaba con las autoridades de ocupación de los Estados Unidos y la OTAN, informaban a los talibanes acerca del los movimientos de tropas. Las operaciones de la clásica guerra de guerrillas empezó, y los Estados Unidos respondieron con más bombardeos aéreos. Es un círculo vicioso en marcha.
Si se da un vistazo a los periódicos del último año y se hace un sondeo de todos los informes donde hubo 60 talibanes muertos, 80 talibanes muertos, 90 talibanes muertos, y se hace la cuenta, ya habrían acabado con los miles de supuestos miembros de las milicias talibanes (la teórica fuerza total se supone que está cerca de los 10.000).
En otras palabras, si se cree en estos informes, ya se habría eliminado tres cuartas partes de la organización talibán, lo que está lejos de la verdad. Pero como los Estados Unidos estás avergonzados de matar civiles, debe decirse esto.
Tienes una situación en el país donde el hermano de Hamid Karzai, Wali Ahmed Karzai, es muy conocido como el más importante traficante de armas y de heroína en la región. Y ha llegado a este punto porque su hermano gobierna el país.
Tienes a este tío que fue feliz dirigiendo un restaurante afgano en Baltimore y vendiendo comida cara a los estudiantes de la Johns Hopkins —y ahora es el segundo jefe en el país y haciendo una fortuna— un “matador”, por decirlo así.
Simbólicamente, todo esto ha representado un gran desastre. Así, muy lejos de se runa “guerra buena”, Afganistán está volviéndose una asquerosa, desagradable guerra, y no hay forma de que las fuerzas de Estados Unidos o de otras potencias occidentales vayan a ser capaces de permanecer aquí por mucho tiempo.

¿Qué esperan conseguir los poderes regionales como consecuencia de Afganistán?
El ejército pakistaní espera que Occidente se retire y algún tipo de gobierno de coalición será improvisado entre Karzai y lo que quede de los talibanes.
Esto vale la pena enfatizarlo. Respaldados por Occidente, el regimen de Karzai, ahora mismo, está negociando seriamente con los talibanes. Así, los talibanes que han sido demonizados como la peor fuerza que nunca ha existido en el mundo, están ahora, con el beneplácito de Occidente, negociando porque lo hacen con Karzai.
La primera respuesta de los talibanes a la oferta de Karzai era decir: “nunca negociaremos con vosotros hasta que las tropas extranjeras hayan abandonado el país”. A lo que Karzai respondía: “No es posible”. Y piensa que no es posible porque sin las tropas extranjeras no duraría ni 48 horas.
Pero en lo que al ejército pakistaní concierne, saben que no son capaces de lograr un acuerdo entre talibanes y Karzai mientras las tropas extranjeras permanezcan en la región. Los militares imaginan que una vez las tropas occidentales abandonen el país, pueden controlar el país de nuevo, a través de los talibanes y de Karzai.
Pero creo que esta posibilidad está ahora excluida porque la OTAN ha hecho un caos de la ocupación, y porque en estos últimos seis años, la autonomía regional ha emergido como el factor político principal. Afganistán fue siempre una confederación tribal, pero ahora tiene incluso un carácter más confederal.
Y los iraníes y los rusos no están dispuestos a permitir una toma del poder talibán en el país consentida por los Estados Unidos. Así que los líderes militares pakistaníes pueden aspirar a gobernar en una parte de Afganistán, pero no serán capaces de hacerlo en el conjunto del país.
He defendido en Pakistán y en distintos lugares la retirada total e inmediata de todas las tropas y, simultáneamente, la convocatoria de una conferencia de paz de los poderes regionales involucrados en Afganistán —lo que significa Pakistán, Irán, Rusia y la India, que es el mayor poder de todos— para erigir un gobierno nacional después de la retirada de las tropas occidentales que provea de un respiro a este país para descansar y convocar unas elecciones para una asamblea constituyente en dos o tres años.
Mientras tanto, estos poderes regionales garantizarán que no haya lucha ni guerra civil. La gente debería ser comprensiva con esta idea, porque Afganistán ha estado en guerra permanente virtualmente desde 1979. Lo que pasa en este país es horrible.
Es improbable que los estadounidenses o los pakistaníes estén de acuerdo con esto, en cuyo caso la situación irá de mal en peor, en mi opinión.
Para resumir la situación en Afganistán: es un desastre. Los Estados Unidos nunca pueden ganar la guerra, y la principal razón de ello es que a los afganos no les gusta padecer la ocupación. Los afganos echaron a los británicos en el siglo XIX, a los rusos en el XX, y ahora están luchando de nuevo contra los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN.

Tariq Ali (Lahore, 1943) es una de las personas más conocidas de la extrema izquierda británica. Es editor de la New Left Review y director de la Editorial Verso. Es miembro del Consejo Editorial de Sin Permiso.

Entrevista al escritor Marcos Ana


Marcos Ana ha reunido en un libro sus recuerdos. “Decidme cómo es un árbol. Memoria de la prisión y la vida” es un trozo de vida de una intrahistoria que ejemplifica todo el horror de una época en un momento en el que está a punto de ser aprobada la Ley de Memoria Histórica. Este libro no es literatura carcelaria, es una fotografía en blanco y negro de prisiones, tortura y hambre. También de una época de complicidades impunes que algunos niegan y quieren borrar. El libro de Marcos Ana se une a otros testimonios descatalogados u olvidados. Es otra apuesta sin concesiones. Su autor no sólo recoge la dimensión colectiva sino una individualidad que se resiste a morir y que, una vez en libertad, lucha incansablemente por la de los otros. Ser el preso antifranquista que más años estuvo privado de libertad le convirtió en un símbolo de la represión posterior a 1939. María Teresa León, en carta abierta en su “Memoria de la melancolía” escribe: “Has de saber Marcos Ana [...] que hubo mujeres tan llenas de coraje que hubieras debido verlas cantando, hablando, protestando con el valor que da el amor al prójimo, protegiendo de lejos, desde América, vuestras noches de encarcelados. [...]Eras para ellas, mujeres, el hijo que les salió poeta, el amante encadenado.” Afortunadamente, Marcos Ana no fue ni es un mito, sino acezante memoria peregrina.



- ¿Estas memorias, como diría el poeta argentino Raúl González Tuñón, son una demanda contra el olvido?
Sí. Me he resistido durante mucho tiempo a redactarlas y publicarlas. Sin embargo, comprendí que no tenía ninguna razón ni ningún derecho para dejar mi testimonio inédito a las gentes, pero sobre todo a las generaciones jóvenes.

- ¿Por qué ha esperado tanto tiempo en publicar sus memorias tan henchidas de testimonio, documento histórico y emoción?
- Ahora no he hecho otra cosa que recopilar mi vida y mis peripecias vitales desde que era un niño hasta el inicio de la Transición. Niñez y juventud, guerra civil, cautiverio y libertad son los espacios de mi existencia. Era necesario que se sepa tanto lo que viví como lo que vivieron también mis compañeros.

- ¿Por qué estas memorias”Decidme cómo es un árbol” se detienen en los inicios de La Transición?
Los dos territorios más importantes para mí son las cárceles con todos los acontecimientos que viví dentro de sus muros y, después mi salida de ellos, la libertad. Estos dos espacios ofrecían a la literatura los materiales adecuados. Si hubiera continuado mis experiencias a partir de 1977, hubiera tenido que elegir otro tono y un estilo analítico, es decir, un lenguaje diferente. También por su extensión, pero sobre todo, porque quería sorprender el costado y el corazón de los lectores con la realidad de lo vivido. Ahora bien, estas memorias las continuaré si tengo fuerzas para escribirlas.

- Entre los poemas que intercala usted se encuentra “Autobiografía”: “Mi vida / os la puedo contar con dos palabras: / Un patio. / Y un trocito de cielo / por donde a veces pasa / una nube perdida / y algún pájaro huyendo de sus alas.” ¿Ésta es la síntesis de ese momento de su vida?

- Este poema lo escribí como respuesta a María Teresa León que me pedía les contase algo de mi vida, cuando recibí un jersey tejido por ella y que me lo hizo llegar con Paco Rabal, al que se lo había entregado a su paso por Argentina. Era una respuesta que saqué clandestinamente en un tubo de pasta de dientes y que es el arranque de otro de más aliento, “Mi corazón es patio,” en el que amplío la idea, pero que la universalizo en sus dos últimos versos: “Un patio donde giran / los hombres sin descanso,” en los que con su ambigüedad poética habla del trabajo clandestino que realizábamos los comunistas y nuestro desasosiego del vivir diario.

¿Sigue siendo su vida un patio?

No. La aldea mundial es otra cosa distinta, aunque sí fue en mis primeros años de libertad, me costaba recordar las cosas elementales de la vida. Se había producido un proceso inverso. Durante el día tenía la vida, pero durante la noche los sueños seguían agazapados en mi recuerdo. Fue un proceso de adaptación muy difícil. Llevaba marcados dentro los recuerdos de la prisión. En los primeros años, cualquier gesto cotidiano lo relacionaba con algún compañero que todavía estaba preso. Por esto digo que lo más difícil, no fue la tortura, la falta de libertad ni la pena de muerte sino la libertad. Es difícil nacer a los cuarenta y dos años. El poema que da título al libro sintetiza un hábitat que ha mutilado casi todos los recuerdos hermosos de la vida.

- Ahora se discute en el Parlamento la Ley de Memoria Histórica y, después de leer su testimonio, he recordado un pasaje de “Memoria da la melancolía” de María Teresa León, en el que habla de que en nuestro vivir diario, a veces, no sentimos el vaho de nuestro propio delito del olvido. ¿No es un “delito” que, por cobardía o por carecer de un sentido radical de la Historia, no se apruebe la nulidad de las sentencias políticas del franquismo?

- Resulta incoherente. Después de haber sido aprobado en el Parlamento en el 2002 que el régimen franquista fue impuesto por las armas, algo ratificado años más tarde en el Parlamento europeo, lo razonable sería que todas las sentencias y condenas dictadas por cuestiones políticas durante la dictadura fueran anuladas. El proyecto que se presenta ahora resulta complicadísimo. Por ejemplo, la palabra “ilegalidad” la cambian por “ilegítimo,” que jurídicamente parece que no es lo mismo. Por esto he dicho que es preferible que no hubiese Ley de Memoria Histórica a que nos humillen otra vez más. Es verdad que hay cosas nuevas, reivindicaciones que se podían tomar aparte, pero el hecho capital, la anulación de las condenas, se esconde. Es absurdo tener que volver a que nos procesen para que nos den un documentito de no sabemos qué y en un momento en que en otros países se condenan a los verdugos, mientras aquí se pasean tranquilamente.

- En la cárcel se le despierta a usted el instinto poético. Algunos de sus poemas están intercalados en “Dime cómo es un árbol.” ¿Cuándo veremos reunida toda su obra poética publicada?
- En diciembre tengo que ir a Venezuela donde han recopilado toda mi obra poética, que estaba dispersa por todo el mundo sin que nunca llegara a negociar con una editorial. Mis poemas, sacados clandestinamente de la cárcel, se publicaban por los comités de resistencia al franquismo. Hasta hay una traducción al japonés. Y en los años 1959 y 1960 había un Comité para España que editó veinte poemas míos ilustrados cada uno por sendos pintores venezolanos. Ahora han decidido publicar toda mi poesía sobre la base de aquel libro. Después, aparecerá en España.

- Antonio Machado en su célebre “Retrato” afirma: “Amé cuanto ellas tienen de hospitalario.” En su libro hay un constante homenaje a la mujer. Son pasajes de honda ternura y casi todos memorables. ¿En qué medida influyeron en su vida? - Cuando estábamos en la cárcel, decíamos que cuando España fuera libre había que hacerle un monumento a la mujer. Ellas sufrieron más que nosotros. Eran la imagen de la solidaridad. Sus largas esperas a las puertas de la cárcel de Burgos a la intemperie y en invierno con un frío glacial, para ver a un familiar que muchas veces habían fusilado es una imagen de temple y generosidad. También fueron el puente entre nosotros y el mundo. Muchas veces fueron nuestras estafetas. Y a otro nivel, para un joven romántico como yo, su ausencia, era una lenta tortura que, con el tiempo, te priva de una educación sentimental que te obligaba reconstruir con mucho esfuerzo una vez en libertad.

-Usted fue testigo de la tragedia colectiva que ocurrió en el puerto de Alicante en 1939. ¿Qué recuerda hoy día de todo aquello?

Después de la traición de la Junta de Casado, se corrió la voz de que los camaradas con responsabilidades políticas nos reuniésemos en los puertos de Valencia y Alicante, a donde llegarían barcos ingleses y franceses para recogernos. En el puerto de Alicante estábamos más de veinte mil camaradas. Una vez allí, se produjeron escenas dramáticas. El último barco que salió de España fue hundido con cerca de tres mil pasajeros a bordo. Era el Stambroork al mando del capitán Gickson que con gran valor se había atrevido a burlar el bloqueo de la escuadra franquista. Allí continuamos esperando varios días hasta que por tierra llegaron las fuerzas italianas que aguardaron que por mar se acercaran un crucero y dos minadores para abatirnos. Fui testigo de escenas de impotencia y desesperación. Y resistir, como digo en mis memorias, hubiera sido un suicidio colectivo. Una nueva Numancia. De allí me llevaron al campo de “Los Almendros” y después al campo de concentración de Albatera de donde pude escapar a Madrid, y allí fui detenido al intentar organizar la resistencia. Tuve la mala fortuna que al primer camarada que llamé se había pasado al campo enemigo. Era un confidente de la policía.

- ¿Qué mecanismos utilizaba usted y sus compañeros cuando eran torturados?
- Cuando se tienen convicciones profundas, suelen aparecer en los momentos límites. También la imaginación actúa contra el dolor y el sufrimiento. En mi caso, siempre me planteaba qué iba a pasar cuando me encontrase de nuevo ante mis compañeros. Existían dos posibilidades: regresar vencido, aunque fuese físicamente destrozado, o derrotado. No se trataba de ejemplaridad sino de infundir ánimos a los que también le esperaba el tormento. No era una cuestión de buscar el martirio como los cristianos. Nosotros no creímos en el más allá, pero sí en la revolución.

TENGO

Cuando me veo y toco
yo, Juan sin Nada no más ayer,
y hoy Juan con Todo,
y hoy con todo,
vuelvo los ojos, miro,
me veo y toco
y me pregunto cómo ha podido ser.

Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de andar por mi país,
dueño de cuanto hay en él,
mirando bien de cerca lo que antes
no tuve ni podía tener.

Zafra puedo decir,
monte puedo decir,
ciudad puedo decir,
ejército decir,
ya míos para siempre y tuyos, nuestros,
y un ancho resplandor
de rayo, estrella, flor.

Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de ir
yo, campesino, obrero, gente simple,
tengo el gusto de ir
(es un ejemplo)
a un banco y hablar con el administrador,
no en inglés,
no en señor,
sino decirle compañero como se dice en español.

Tengo, vamos a ver,
que siendo un negro
nadie me puede detener
a la puerta de un dancing o de un bar.
O bien en la carpeta de un hotel
gritarme que no hay pieza,
una mínima pieza y no una pieza colosal,
una pequeña pieza donde yo pueda descansar.

Tengo, vamos a ver,
que no hay guardia rural
que me agarre y me encierre en un cuartel,
ni me arranque y me arroje de mi tierra
al medio del camino real.

Tengo que como tengo la tierra tengo el mar,
no country,
no jailáif,
no tennis y no yatch,
sino de playa en playa y ola en ola,
gigante azul abierto democrático:
en fin, el mar.

Tengo, vamos a ver,
que ya aprendí a leer,
a contar,
tengo que ya aprendí a escribir
y a pensar
y a reír.
Tengo que ya tengo
donde trabajar
y ganar
lo que me tengo que comer.
Tengo, vamos a ver,
tengo lo que tenía que tener.

Nicolás Guillén

Antonio Crespo Massieu

Ahora
a la muerte
ponle un rostro
y un nombre.

Por ejemplo
Julio Alí José

Mira
Entonces

Y luego
si puedes
pronuncia de nuevo
palabras que justifiquen
el crimen.

Libertad

Tenemos

por ti

tantos golpes

acumulados

en la piel,

que ya ni de pie

cabemos en la muerte.



En mi país,

la libertad no es sólo

un delicado viento del alma,

sino también un coraje de piel.

En cada milímetro
de su llanura infinita

está tu nombre escrito:

libertad.



En las manos torturadas.

En los ojos,

abiertos al asombro

del luto.

En la frente,

cuando ella aletea dignidad.

En el pecho,

donde un aguante varón

nos crece en grande.

En la espalda y los pies

que sufren tanto.

En los testículos,

orgullecidos de sí.

Ahí tu nombre,

tu suave y tierno nombre,

cantando en esperanza y coraje.



Hemos sufrido

en tantas partes

los golpes del verdugo

y escrito en tan poca piel

tantas veces su nombre,

que ya no podemos morir,

porque la libertad

no tiene muerte.

A Chávez

Asustense y corran señores capitalistas

¿que es ese barullo? ¿que esta pasando?

¿porque la prole se agita?

¿porque dicen que otro gallo esta cantando?



Las ventanas se estan cerrando

¿padre, que veo? ¡viejos espectros del pasado!

la gente despierta, vuelven a alzar las cabezas

sacan sus banderas, tienen el puño levantado.



Se murio en el este pero ha resucitado

viene del sur y metiendo guerra,

tiemblan los cimientos del mundo ''civilizado'',

ayer fue Cuba y hoy Venezuela.



Camarada, viene por alli, ¡es él!

aquel militante viene recordando

a Lenin , Trotsky , Marx y el Ché.

Ramón Reyes

Un fantasma recorre Europa...

... y las viejas familias cierran las ventanas,

afianzan las puertas,

y el padre corre a oscuras a los Bancos

y el pulso se le para en la Bolsa,

y sueña por las noches con hogueras,

con ganados ardiendo,

que en vez de trigos tiene llamas,

en vez de granos, chispas,

cajas de hierro llenas de pavesas.

¿Dónde estás,

dónde estás?

Nos persiguen a tiros.

¡Oh!

Los campesinos pasan pisando nuestra sangre.

¿Qué es esto?

Cerremos,

cerremos pronto las fronteras.

Vedlo avanzar deprisa en el viento del Este,

de las estepas rojas del hambre.

Que su voz no la oigan los obreros,

que su silbido no penetre en las fábricas,

que no divisen su hoz alzada los hombres de los campos.

¡Detenedle!

Porque salta los mares

recorriendo toda la geografía,porque se esconde en las bodegas de los barcos

y habla a los fogoneros

y los saca tiznados a cubierta,

y hace que el odio y la miseria se subleven

y se levanten las tripulaciones.

¡Cerrad,

cerrad las cárceles!

¿Qué es esto?

Pero nosotros lo seguimos,

lo hacemos descender del viento del Este que lo trae,

le preguntamos por las estepas rojas de la paz y del triunfo,

lo sentamos a la mesa del campesino pobre,

presentándolo al dueño de la fábrica,

haciéndolo presidir las huelgas y manifestaciones,

hablar con los soldados y los marineros,

ver en las oficinas a los pequeños empleados

y alzar el puño a gritos en los Parlamentos del oro y de la sangre.

Un fantasma recorre Europa.

el mundo.

Nosotros le llamamos camarada.

Rafael Alberti

DE TEMPLE DISTINTO

Somos comunistas
de temple distinto
de material especial
Somos comunistas
dispuestos a todo
Sabemos
lo que tenemos
que enfrentar
Lo hemos enfrentado ya
Lo enfrentaremos mañana
El mañana será duro
pero
estaremos templados
por el pasado
y nos forjamos
hoy.

Tenemos un alto optimismo
somos conductores
hacedores del mañana
somos guías
estado mayor
del invencible triunfo
de la clase.
Por eso
somos
optimistas
participamos
de las divinidades
del mundo actual
la masa
la clase
el Marxismo
la Revolución

Tenemos
inagotable
entusiasmo
Somos fuertes
optimistas
vigorosos del alma
Y desbordamos
entusiasmo.

UNA REALIDAD VERDADERA

La tristeza embarga el corazón
Por los traidores de la nación
Que se dejan llevar por la corrupción
Olvidándose de su convicción
Así el capitalismo los envuelve
Dejándolos como a niños que duerme
Olvidándose de su pueblo
Dañándoles el cerebro
Con mentiras y patrañas
Valiéndose de sus grandes mañas
Para mantenernos oprimidos
Con dinero en sus bolsillos
Y nosotros como náufragos perdidos
En un mundo de codicia y maldad
Que no nos llevará a la inmortalidad
La inmortalidad de vivir en la mente y los corazones
De los hombres y sus naciones
Nos dejan como pobres mendigos
Olvidándonos de nuestros amigos
Porque no pensamos en ellos
Sólo salvar nuestros cuellos
Del hambre y la miseria
Por ser esta cosa seria
Así nos están matando
Y nosotros ni siquiera luchando
Esa es nuestra gran cobardía
Que se terminará algún día
Cuando nosotros muramos
Por nuestros derechos defendiendo
Y nuestros nombres se inmolen a la inmensidad
Con el grito de libertad.

CHE GUEVARA


"Mas vale morir de pie, a vivir arrodillado"

"Seamos realistas y hagamos lo imposible"

"Podrán morir las personas, pero jamás sus ideas"

"La revolución es algo que se lleva en el alma, no en la boca para vivir de ella"

"La arcilla fundamental de nuestra obra revolucionaria es la juventud"

"Permitidme que diga, aun a riesgo de parecer ridículo, que el verdadero revolucionario se guía por grandes sentimientos de amor."

"…de verdad que no sé bien de que parte de España es mi familia (.) No creo que seamos parientes muy cercanos, pero si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante"

"Si avanzo, seguidme; si me detengo, empujadme; si retrocedo, matadme"

"El capitalismo es el genocida más respetado del mundo"


"Podran acabar con todas las flores pero nunca detendran la primavera"

"Mañana cuando yo muera no me vayáis a llorar, nunca estaré bajo tierra, soy viento de libertad"

BURGUESES


No me dan pena los burgueses vencidos.
Y cuando pienso que van a dar me pena,
aprieto bien los dientes, y cierro bien los ojos.

Pienso en mis largos días sin zapatos ni rosas,
pienso en mis largos días sin sombrero ni nubes,
pienso en mis largos días sin camisa ni sueños,
pienso en mis largos días con mi piel prohibida,
pienso en mis largos días Y

No pase, por favor, esto es un club.
La nómina está llena.
No hay pieza en el hotel.
El señor ha salido.

Se busca una muchacha.
Fraude en las elecciones.
Gran baile para ciegos.

Cayó el premio mayor en Santa Clara.
Tómbola para huérfanos.
El caballero está en París.
La señora marquesa no recibe.
En fin Y

Que todo lo recuerdo y como todo lo recuerdo,
¿qué carajo me pide usted que haga?
Además, pregúnteles,
estoy seguro de que también
recuerdan ellos.

Vuelven los dueños


Pasada la hora de las ignonimias
los viejos apagaron con tierra las fogatas
las mujeres y niños recogieron las tiendas
los hombres empuñaron el fusil.

La ruta del desierto fue muy dura:
se abrieron paso a tiros en medio de la noche
para no ser esclavos para no ser vendidos
igual que reses en su propio hogar.

Hoy con su pueblo a salvo los guerreros
han vuelto al territorio de la casa invadida
y el enemigo sabe que si alcanza un momento
a ver sus rostros es que va a morir.

¡ Oh tú que me censuras pues no escribo
de dioses y me exalto por cosas de la tierra !
conoce a estos hombres: como los inmortales
luchan ardiendo por su libertad.

José Agustín Goytisolo