Libertad

Tenemos

por ti

tantos golpes

acumulados

en la piel,

que ya ni de pie

cabemos en la muerte.



En mi país,

la libertad no es sólo

un delicado viento del alma,

sino también un coraje de piel.

En cada milímetro
de su llanura infinita

está tu nombre escrito:

libertad.



En las manos torturadas.

En los ojos,

abiertos al asombro

del luto.

En la frente,

cuando ella aletea dignidad.

En el pecho,

donde un aguante varón

nos crece en grande.

En la espalda y los pies

que sufren tanto.

En los testículos,

orgullecidos de sí.

Ahí tu nombre,

tu suave y tierno nombre,

cantando en esperanza y coraje.



Hemos sufrido

en tantas partes

los golpes del verdugo

y escrito en tan poca piel

tantas veces su nombre,

que ya no podemos morir,

porque la libertad

no tiene muerte.